¿Qué pasaría con la religión si hicieramos contacto extraterrestre?

culturacolectiva.com

Por Alonso Martínez

Hagamos una suposición: Jesucristo hace su segunda venida sobre la Tierra.
El mesías aterriza sobre lo que alguna vez fue su hogar natal y comienza el juicio sobre los pecadores.
¿Qué pasaría con la ciencia?
Millones de estudiosos tendrían un colapso intelectual inmediato. “¿Cómo es posible?” todos se preguntarían y cientos de años de trabajo enfocado en demostrar lo que hasta entonces parecía ilógico quedarían superados por la realidad. Nada tendría sentido si la figura que tanto tiempo fue pensada como imposible de existir usa sus habilidades mágicas para crear su nuevo mundo. Los estudios mutarían y la ciencia daría un giro, primero para aceptar que un ser supremo existe y posteriormente para iniciar la búsqueda de una explicación lógica al cambio de sucesos.
No existiría una reticencia por parte de los investigadores, dado el carácter probatorio de la ciencia, y posiblemente los cristianos creyentes se burlarían de años de falsas especulaciones.
Es lo más espeluznante que podría suceder para un amante del conocimiento lógico, pero eventualmente lo aceptaría.
Pero, ¿qué pasaría si Jesús no es el que baja del cielo, sino un ente extraterrestre que confirme todas las sospechas científicas? ¿Sucedería lo mismo pero viceversa?
Lo más probable es que sea muy diferente a como pueda imaginarse.Desde hace siglos se ha considerado la idea de que en cualquier momento los aliens entrarán en contacto con la raza humana. Se ha analizado la probabilidad de la forma en que se comuniquen y qué es lo que buscarían en una sociedad tan peculiar como la que domina el planeta Tierra. Pero poco se ha pensado sobre la respuesta religiosa que se tendrá ante tal vínculo.

Para resolverlo, podemos acudir a la cultura popular:
En un episodio de la aclamada serie “Rick & Morty”, un grupo de aliens que tienen forma de cabeza gigante deciden tomar la Tierra para que esta participe en un concurso de talento.
Sí, suena extraño, pero desde una perspectiva hilarante, la serie juega con la idea de que no se sabe con certeza con qué propósito un grupo de individuos de otro planeta buscaría a los humanos; ese es el primer punto a considerar.

Acto seguido al secuestro, Rick –quien representa a la ciencia– trata de darles gusto, consciente de que si los humanos no ganan el concurso, morirán, para las cabezas, nosotros no somos importantes, de la misma manera en que las hormigas son insignificantes para la persona promedio. Mientras tanto, el resto de los habitantes no sabe lo que sucede. No están al tanto de las intenciones de las figuras extrañas que de pronto aparecieron en el cielo, así que comienzan a renunciar a sus religiones, señalando a esos nuevos entes como los verdaderos dioses. Inmediatamente desarrollan un credo y están convencidos de que el mundo llegará a su fin si no cumplen con sus inexistentes demandas.

El episodio presenta con esa simpleza la dualidad de lo que sucedería con las religiones –y con la ciencia– cuando las personas entren en contacto con otros tipos de vida inteligente.
Situemos primero la manera de pensar de Rick: de acuerdo con sus creencias, está consciente de que existen múltiples dimensiones, universos, planetas. Es un hombre que denota todo el conocimiento que hemos adquirido, pero llevado un paso más lejos. Sabe que los aliens no pueden comunicarse directamente, pues existen diferentes intereses. Está enterado de que los humanos no son especiales.
La ciencia actual trata de integrar esa importante idea; durante años hemos pensado que somos especiales por ser la única raza inteligente conocida en todo el Sistema Solar y se creyó por mucho tiempo que si venían los extraterrestres, sería con propósitos amigables, pero no es así. No existe una certeza de que los humanos sean relevantes y esa idea es la que –según expertos como Carl Sagan– cuando éstos aparezcan, la pregunta causará que surjan preguntas como: ¿Hay seres aún más superiores? y ¿cuáles son sus propósitos?, poniendo en tela de juicio incluso las ideas previas de la ciencia.

Entre más lejos lleguemos, mayor será la pregunta de que todo haya sido concebido por una figura superior.
Sagan establece que el contacto con otras especies también influirá en la comunidad religiosa, no eliminándola por completo, sino transformándola y probablemente mezclándola con la ciencia misma. En caso de que aparezca un E.T, de manera inmediata se rechazaría la teoría de Cristo, Shiva y cualquier otra figura religiosa y posiblemente sería reemplazada por esa figura alienígena.
En el caso de los investigadores, significaría reconsiderar por completo todos sus análisis y valorar múltiples posibilidades, entre las que se encuentra una deidad, responsable de todas las formas de vida. El astrónomo no renegaba de un Dios, sino que sabía que entre tanta magia en el cosmos, era posible que un ente mucho más grande fuera el responsable de todo.“Rick & Morty” usa la filosofía de Carl Sagan y la implementa de forma que sea entendible para una audiencia no especializada. No ahonda demasiado, sino que en la narrativa de ciencia ficción, demuestra una verdad: Entrar en contacto extraterrestre no traerá dicha ni perdición inmediata, sino que significará una confusión mucho más amplia entre ciencia y religión. Causaría un enorme cambio, cuyos resultados podrían ser tanto benéficos como negativos para la humanidad.¿Quién sabe?, quizás no falta mucho para que sea nuestro turno de participar en un concurso de talento intergaláctico (o que nosotros seamos los anfitriones).